24 horas, o quizá
menos, ha tardado el entorno del PP en aparecer entre los restos de
Radiotelevisión Valenciana y ofrecerse como alternativa tras el ERE. El día
después de los 843 despidos en Canal Nou (en la televisión, porque en la
empresa han sido 1.200), el Grupo Secuoya ha hecho pública su intención de
optar al proceso de privatización de RTVV