28 de enero de 2010

EL VERDUGO

Los últimos acontecimientos han demostrado que las permanentes advertencias que desde las secciones sindicales de CCOO hemos venido haciendo en los dos últimos años, han confluido en una situación tremenda. La empresa, tras meses de negar la evidencia, nos ha confirmado nuestras peores previsiones. Y ahora pretenden que la plantilla pague las consecuencias.

El constante dispendio económico que ha venido padeciendo la COPE en favor de otros negocios del grupo, gasto que hemos intentado conocer sin éxito a pesar de nuestras constantes peticiones por escrito, una mala gestión y una crisis económica coyuntural, nos han avocado a una situación que debe ser reconducida. Pero no como pretende la empresa. Queremos que se acaben las permanentes ocultaciones. Es hora de conocer la verdad, callada hasta hoy y disfrazada con datos contradictorios, y sobre todo es hora de que se termine el dispendio que nos ha llevado a esa situación. Entre otras actuaciones, que la radio pueda recuperar al menos los cuantiosos préstamos realizados.

La empresa pide sólo sacrificios a la plantilla. En la primera reunión de la mesa negociadora no se habló de otros recortes. Sólo de sacrificio o ERE. ¿Qué capacidad moral tienen los que ahora nos exigen sacrificios cuando se les advirtió de múltiples maneras sobre este final? ¿Qué esperan de todos nosotros ahora? Desde CCOO entendemos que primero habrá que estudiar los números, que habrá que “limpiar” y luego si es necesario haremos un esfuerzo para buscar fórmulas, que las hay en la legislación vigente, para que el “recorte” tenga las menores consecuencias para la plantilla.

Nuestro principal objetivo es el mantenimiento de los puestos de trabajo y de los salarios de TODOS. Esto nos obligará a hacer un trabajo extenuante en cuanto nos pongan los números sobre la mesa, en la próxima reunión. La COPE no está muerta, no lo ha estado nunca y desde luego no permitiremos que le den la puntilla. Hay resortes. Eso sí, tendrán que demostrarnos, atendiendo a nuestras propuestas, que la intención es sacarla del hospital y mantenerla con vida. Si no, el carcelero se convertirá en verdugo. Ponle tú el nombre.