13 de febrero de 2010

TENEMOS UN PROBLEMA

Los últimos días han sido una permanente revolución protagonizada por los delegados de los trabajadores de COPE, que nos han hecho llegar a través del teléfono, del mail e incluso desde sus federaciones territoriales de CCOO la inquietud, el miedo y la presión de los compañeros de la mayoría de las emisoras. Y no es de extrañar tras la incalificable propuesta de la gestión de esta empresa. Y lo más preocupante: se reafirman en la desconfianza que el presidente y el director de nuevos negocios les provoca. Ya no son solo las secciones sindicales de CCOO las que ponen en duda los planes de los promotores de la propuesta. Nos preguntan ¿cómo se nos exige un esfuerzo tan brutal cuando no sabemos a qué van a dedicar el dinero que pretenden quitarnos? No creen en ellos tras la nefasta gestión que nos ha llevado a esta situación aparentemente sin retorno.

Compartimos plenamente este temor. Nos han estado ocultando información, a pesar de que permanentemente presumen de transparencia, hasta hace unas semanas el ERE, los recortes de salario y aumento de la jornada laboral eran cosa de CCOO. Nos han demostrado con los hechos que no les interesa para nada el futuro de la COPE, de hecho, no han elaborado un plan de viabilidad: con esta propuesta pretenden sacar de la piel a la plantilla un dinero que les reportaría este mismo año 3 millones de euros de beneficio. Y luego a ver que pasa. No han explicado cual el supuesto ahorro estructural que ellos proponen: han dado una cifra global no especificada en las presuntas cuentas que nos han entregado. Y con ese recorte que si no es salarial se convertirá en un ERE de despidos ¿qué pretende hacer? ¿ no será que necesitan empobrecernos o despedirnos para gastarse en lo de siempre? ¿pretenderán mantener sus bonus mientras rebajan sueldos como, nos tememos, hicieron el año pasado?

Las secciones sindicales de CCOO lo tenemos ahora mas claro que nunca, reafirmados por la opinión de los delegados: no nos merecen ninguna confianza esta gestión y mucho nos tememos que si negociamos ajustes, a la vuelta de la esquina nos esperarán más y más, en una espiral sin fin hasta que COPE acabe siendo igual que la nada.

Aceptamos nuestra responsabilidad y de hecho se ha exigido desde la parte social una negociación en serio. Pero en serio. Mucho nos tememos que si no lo hubiésemos hecho llegaríamos un día a nuestro puesto de trabajo y no existiría. Ahora bien: nuestra primera exigencia es que se ponga en valor a los trabajadores de COPE frente a la cantidad de amigos del presidente que están ocupando puestos que no generan valor para la compañía. Que si los negocios por los que estos señores apuestan en detrimento de la radio son tan rentables, se segreguen de COPE: que no nos reporten beneficios, pero por Dios, que no nos arruinen. Sabemos por las cuentas que queda bastante dinero en la tesorería y que tenemos una línea de crédito sin tocar. NO estamos en la UVI aunque ese sea el nuevo discurso del presidente y del director encargado de los nuevos negocios. Así las cosas, primero tendrán que convencernos de que realmente son imprescindibles los ajustes y luego, ya veremos. Pero con un plan de viabilidad encima de la mesa y con el compromiso de aquellos de los que sí llevamos fiándonos 50 años.